He visto un artículo interesante en el perfil de facebookde la criadora de Westies deMerino:
http://perrosdehoy.com/noticias/los-retos-del-futuro
Con motivo del fallecimiento del presidente de la RSCE, el sitio web Perros de Hoy ha escrito este artículo titulado «Los retos del futuro», que a groso modo habla de ideas que podrían llevarse a cabo en el panorama nacional canino. Con un caracter casi-preelectoralista, es un artículo que puede merecer la pena leer.
Quizás se puede considerar un argumento más para comprar directamente a un criador nacional o quizás un argumento más para justificar la aparente diferencia de precios entre cachorros de westie, que podemos encontrar. Bajo mi experiencia y gusto, creo que en España hay un gran nivel de criadores de West Highland White Terrier.
Os dejo un estracto en el que aparecen ideas que me resultan interesantes. Ya que no es un artículo mio, lo pego tal cual:
Criadores
Una parte muy importante de los socios de la RSCE son criadores de perros de pura raza. En la actual situación económica estos criadores pasan por momentos muy difíciles que hacen que su afición se vea seriamente comprometida. Porque algo debe quedar claro: en España, como en todos los países del mundo, la inmensa mayoría de los criadores son particulares a los que, al final del día, su afición les cuesta dinero, esfuerzo y tiempo, pero les compensa con otro tipo de satisfacciones difícilmente mensurables.
Que un criador pierda dinero con los perros es algo lógico, casi consustancial a la cinofilia moderna y con lo que ya se cuenta. Casi todas las aficiones son gravosas, por lo que ésto no es ninguna novedad. El problema viene cuando un criador se enfrenta a la situación de no poder dar salida material a los cachorros que produce, de ninguna manera, de hecho en ocasiones ni regalándolos, por lo que llega a plantearse seriamente dejar de criar. Si esta decisión se extiende, la recesión que se daría en el proceso de selección y mejora que preside la filosofía de la cinofilia sería tan grande que costaría muchos años volver a estar en una situación como la actual.
Porque lo cierto es que, a día de hoy, España tiene un nombre a nivel internacional como país productor de buenos perros, en algunas razas excepcionales, y eso se ha producido gracias al trabajo de esa inmensa mayoría de criadores particulares que compran bien, seleccionan, van a exposiciones, cruzan y crían de la forma que lo vienen haciendo y que deberían poder seguir haciendo.
¿Qué puede hacer la Canina Central para ayudar a los criadores? Muchas cosas. Debería darles armas con las que enfrentarse a una competencia desleal encabezada por el mercado de importación de cachorros desde granjas de producción intensiva, pero también contra los «criadores de fin de semana» que cruzan su perra con el perro del vecino y ofertan sus cachorros en internet a precios de saldo y, por último, contra aquellos que enarbolando la bandera de la protección animal abogan por la loable adopción de perros abandonados pero muestran a los criadores de perros de raza como una especie de snobs engreídos y productores enloquecidos de animales hermosos pero enfermos y estúpidos.
Las armas que la RSCE puede dar a los criadores son, por un lado, información hacia la Sociedad acerca de lo que es y lo que suponen los perros de raza para el Hombre y, por otro, dando herramientas distintivas de calidad y seriedad con las que poder hacer frente a cualquier tipo de insinuación. Generalizar los controles de ADN, imponer la realización de determinadas pruebas de salud, estudiar la posibilidad de pasar un reconocimiento antes de autorizar un ejemplar para la cría, imponer los tests de sociabilidad y comportamiento, exigir la adscripción a la RSCE, a una Sociedad Canina o a un Club de Raza y la tenencia de un afijo para poder inscribir una camada en el LOE, etc…, de forma que todo aquel que decida comprar un perro de pura raza a un criador español sepa que lo está haciendo con una serie de garantías que no podrá encontrar en otro lugar.
Además, la RSCE, al aglutinar a una importante masa de criadores, debería promover entre ellos la contratación de una serie de seguros que cubrieran, desde la salud de sus propios perros y la de los cachorros que venden hasta otros aspectos como responsabilidad civil, posibles pérdidas económicas en caso de accidentes, robo, etc… A buen seguro que muchas compañías estarían dispuestas a diseñar productos interesantes para un grupo social tan amplio y reconocible.